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AMD FreeSync y NVIDIA G-Sync tuvieron su origen en VESA Adaptive Sync, lo que significa que los monitores para juegos con una tecnología de frecuencia de refresco variable pueden admitir la otra de forma no oficial. ¡Démosle una oportunidad!
Este es uno de esos casos de “traemos buenas y malas noticias”, combinado con una buena dosis de “sí y no”. La buena noticia es que AMD FreeSync y NVIDIA G-Sync derivan ambos de la tecnología VESA Adaptive Sync. Por ello, existe una gran superposición entre ambas tecnologías y son esencialmente idénticas. La misión de las dos es evitar la desincronización de la velocidad de fotogramas entre la tarjeta gráfica y el monitor, ambas tienen un rango de velocidad de fotogramas basado en la resolución, ninguna de ellas permitirá que la velocidad de fotogramas caiga por debajo de ese mínimo, etc. Si tenemos un monitor para juegos que cuente con FreeSync o G-Sync, disfrutaremos de un excelente rendimiento en cuanto a la frecuencia de refresco variable y es muy poco probable que nos topemos con fenómenos desagradables como desgarramientos de imagen o velocidades de fotogramas muy bajas.
¿Las malas noticias? FreeSync y G-Sync incorporan chips patentados en el monitor y controladores por parte de la tarjeta gráfica para diferenciarse, por lo que, por definición, no son compatibles. AMD significa que FreeSync funciona con... tarjetas gráficas AMD Radeon. Mientras que NVIDIA, como no podía ser de otra manera, dedica G-Sync a las tarjetas gráficas GeForce (de ahí viene la G).
No obstante, dadas sus similitudes inherentes, nos encontramos ante una situación del tipo “no va a pasar nada malo por intentarlo”. Veamos por qué.
Muchos modelos de monitores para juegos de BenQ implementan AMD FreeSync oficialmente. Esto significa que se garantiza el funcionamiento de FreeSync en esos monitores y es especialmente bueno tenerlo en modelos de alta velocidad de fotogramas que alcanzan los 144 Hz. Una vez más, cuando decimos que garantizamos su funcionamiento, queremos decir con tarjetas gráficas AMD Radeon.
Pero, ¿qué pasa si al otro lado hay una tarjeta gráfica GeForce? Aquí es donde se aplica lo de “no pasa nada malo por intentarlo”. Como FreeSync y G-Sync son muy similares y están tan estrechamente vinculados con VESA Adaptive Sync, FreeSync podría funcionar con tarjetas gráficas GeForce. Es posible que no disfrutemos de las ventajas más avanzadas (por ejemplo, es probable que la frecuencia de refresco variable no funcione con contenidos de juegos HDR), pero puede que la prevención básica del desgarramiento de imagen sí funcione adecuadamente. Podemos intentar activar G-Sync en el centro de control de NVIDIA y ver qué pasa.
Esto también es aplicable a la inversa: si tenemos un monitor G-Sync y una tarjeta gráfica AMD, puede que G-Sync funcione al menos a ese nivel básico que hemos mencionado. La arquitectura de hardware y software de las dos tecnologías es tan similar que la mayoría de las tarjetas gráficas podrían obviar la diferencia. Cabe añadir que ni AMD ni NVIDIA bloquean activamente las tecnologías patentadas del otro, lo que es una buena noticia.
Podría decirse que los monitores FreeSync son también “posiblemente G-Sync”, aunque hablar de compatibilidad con G-Sync sería ir demasiado lejos. Más bien, sería más correcto decir que es muy posible que se pueda usar G-Sync en pantallas FreeSync, y viceversa.
Así pues, los jugadores en busca de velocidades de fotogramas estables y equipados con configuraciones mixtas, con monitores BenQ FreeSync y tarjetas gráficas GeForce, no tienen nada que perder si tratan de “forzar” FreeSync. Con ello no se puede dañar el monitor, la tarjeta gráfica ni nada. En el peor de los casos... no pasará nada. Solo tendrán la velocidad de fotogramas flotante habitual, sin acceder a la frecuencia de refresco variable. Eso es todo. No podemos romper nada intentándolo, así que ¿por qué no probar?
Ahora, nos pondremos un poco serios. En caso de poseer un monitor para juegos de BenQ (y creemos que todo el mundo debería tener uno), hay que tener en cuenta que actualmente solo admitimos FreeSync de forma oficial. Aunque puede que G-Sync funcione en nuestras pantallas FreeSync, no es oficialmente compatible. No podemos prometer que funcionará ni alentar grandes expectativas pero, dado que intentarlo no anulará la garantía ni estropeará nada, también creemos que no pasa nada por experimentar un poco. Es divertido y podría ser gratificante.
AMD FreeSync y NVIDIA G-Sync comparten tanto que, por omisión, son mutuamente compatibles. Sin embargo, esa compatibilidad no está garantizada, y hay que tener cuidado con los fabricantes que afirman ser oficialmente compatibles con ambos. Sin duda tal compatibilidad es posible, pero se reflejará en el precio del monitor. Dado que actualmente tanto FreeSync como G-Sync implican un coste de implementación para los fabricantes de monitores, no es posible que uno económico sea compatible con ambos sin perder dinero, y hay que tener en cuenta que esos monitores baratillos se fabrican precisamente para ganar dinero rápido. Nadie da duros a peseta. Es mejor por tanto optar por un monitor de una buena marca que sea oficialmente compatible con FreeSync o G-Sync y, luego, experimentar por nuestra cuenta. Será divertido y quién sabe, ¡puede que funcione!