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Pantalla táctil interactiva | Signage
La mayoría de la gente está contenta con su monitor según lo sacan de su embalaje. El soporte vale perfectamente y no tienen problema alguno en sentarse frente a la pantalla. No obstante, algunos de nosotros, especialmente los jugadores más exigentes interesados en la ergonomía, podemos tener la necesidad de contar con la flexibilidad que aporta un brazo de monitor. Con este complemento, el monitor para juegos se puede ajustar en auténticas 3D, y no nos referimos a los gráficos, sino a las tres dimensiones de la vida real.
Ya hemos dedicado un artículo a analizar los estándares de montaje VESA, los cuales debemos conocer si deseamos conectar nuestro monitor para juegos a un brazo o a cualquier otro tipo de accesorio.
Las ventajas de hacer esto se ponen inmediatamente de manifiesto. Aunque los soportes fijos para monitor, incluso con ajuste de inclinación y altura, están diseñados para el usuario medio y cubren la mayoría de las situaciones, no pueden competir con la flexibilidad de movimiento prácticamente libre de un soporte VESA. Una vez conectado a un brazo de monitor, la pantalla se puede ajustar a casi cualquier posición y ángulo imaginables, dependiendo del diseño del brazo, claro está. La mejora en cuanto a ergonomía es inmensa. No solo en lo referente al confort de cuello y espalda o al alivio de la fatiga visual, sino también para evitar deslumbramientos y compartir mejor la visión con otras personas. Obviamente, todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes, pero en lo que se refiere a flexibilidad, un brazo de soporte transforma totalmente el monitor para juegos.
Sí, hay varios tipos de brazos con los que mejorar nuestro monitor para juegos. Puede que los brazos fijos sean los más sencillos y, por lo tanto, los más finos, pero no ofrecen tanta flexibilidad. Con un diseño muy simple, los brazos fijos no permiten generalmente ningún movimiento especial del monitor, lo que pueden acabar con cualquier ventaja ergonómica como las que mencionamos anteriormente. Merecen la pena si sabemos que estaremos cómodos con esa posición concreta para el monitor y funcionan mejor cuando se anclan a una pared. También suelen ser finos y discretos. Aunque no son ideales en el caso de monitores para juegos, estos brazos son los que vemos típicamente en la sala de espera del dentista.
Los brazos basculantes van más allá de los fijos al permitir que el monitor se incline hacia arriba y hacia abajo. Aunque no son tan flexibles como los brazos de movimiento total, se adaptan muy bien a diferentes alturas, para que distintas personas puedan ver cómodamente el monitor y realizar ajustes según precisen. Los brazos basculantes, presentes más frecuentemente en entornos de trabajo y oficinas, suelen tener también diseños bastante simples y, por lo tanto, finos, que gustan a mucha gente.
El siguiente paso llega en forma de brazos con capacidad de inclinación y giro. Como su nombre indica, se trata de soportes con un movimiento casi completo en ese espacio tridimensional del que hablábamos. No obstante, su diseño más intrincado implica que no son tan finos y que también hay que taladrar una pared, por lo que una vez decidida su ubicación, allí se quedarán. Si queremos moverlos, toca volver a hacer agujeros y, en nuestra opinión, a nadie le gusta el ruido y el polvo.
Bajo nuestro punto de vista, lo que necesitan los monitores para juegos es un brazo articulado de movimiento total, que además no implique taladrar paredes. Los brazos de soporte independientes se adosan, sujetan o sostienen en las mesas con facilidad y están meticulosamente diseñados para soportar un peso considerable y mantener el equilibrio con seguridad.
Por supuesto, no pueden ser tan finos como los brazos fijos, dado que requieren mucha más tecnología y materiales, pero tienen un aspecto estupendo y rezuman resistencia y solidez. Basta con mirar el brazo AS10 que ofrecemos conjuntamente con algunos de los mejores monitores para juegos del mundo en este momento.
Los brazos de soporte autónomos utilizan varias articulaciones para ofrecer total libertad de movimiento: inclinación, giro, atrás, adelante, arriba, abajo... si existe esa dimensión, allí podremos tener el monitor para juegos. El usuario puede realizar pequeños ajustes para controlar la ubicación o cambiarla por completo. La visualización conjunta con otra gente se torna sencilla. Evitar la luz ambiental según va avanzando el día es fácil. A la hora de combinar ergonomía y brazos de soporte, no hay nada mejor.
Como ya hemos mencionado, montar los brazos y todos los soportes VESA, en general, nos exige cierto trabajo de bricolaje, aunque no sea mucho. Bueno, ¡a menos que consigamos que alguien lo haga todo por nosotros! Habrá que conocer la posición de los orificios de los tornillos de soporte en la parte posterior del monitor y también tener en cuenta el peso de este, según se detalla en las especificaciones oficiales. Basándose en eso, podemos elegir el estándar de interfaz de montaje VESA correcto.
La instalación en la pared requerirá taladrar y colocar un adaptador de soporte en la pared a la que se conectará el brazo. El montaje sobre mesa es mucho más simple. Necesitaremos herramientas habituales, como un destornillador de estrella o llaves Allen. De hecho, si elegimos el brazo AS10, todas las herramientas necesarias se incluyen en el paquete.
En la mayoría de los casos, se tarda unos veinte minutos, como máximo, en configurar un soporte VESA para un monitor de juegos, pero sus ventajas se prolongan durante mucho, mucho más tiempo. No hay más que poner las debidas precauciones y sentido común al hacer el bricolaje y ¡divertirse!