Aquí es donde las pantallas planas interactivas se convierten en una herramienta esencial en el aula, ya que utilizan el mismo tipo de tecnología con la que los niños interactúan a diario. Además, esta tecnología de última generación transforma instantáneamente el aula en un ambiente de estudios colaborativo, a la vez que ahorra costes a largo plazo y protege el medio ambiente.

Las pantallas planas interactivas permiten a los alumnos conectar sus propios dispositivos de forma inalámbrica para una colaboración perfecta. Durante la clase, los profesores pueden cambiar al modo de presentación que sólo permite una comunicación unidireccional, en el que los estudiantes sólo pueden recibir información en su dispositivo pero no pueden hacer cambios en la pizarra. El modo de colaboración permite a los alumnos participar directamente en las clases escribiendo y comentando en la pizarra durante la lección desde la comodidad de sus asientos.

El coste es una consideración importante a la hora de adoptar un nuevo equipo, especialmente si se trata de dispositivos basados en tecnología como las pantallas planas interactivas, ya que la inversión inicial puede ser elevada. Pero si se tienen en cuenta los costes de mantenimiento, las pantallas planas interactivas son una mejor inversión que las pizarras interactivas más tradicionales, ya que ofrecen un diseño "todo en uno" con un mantenimiento mínimo en comparación con los diferentes componentes que se necesitan para la configuración de una pizarra interactiva. Estas también necesitan la sustitución periódica de las bombillas del proyector, los costes de mantenimiento se van acumulando, por lo que si se opta por una pantalla plana interactiva ajustada pero muy funcional, se reducen costes y se consiguen grandes ahorros a largo plazo.

Además, en cuanto a los materiales más básicos como el papel, una escuela de 1.000 niños o un departamento universitario de igual tamaño podría gastar hasta 4.000 dólares al mes solo en papel, tinta y tóner para la impresora (sin tener en cuenta el mantenimiento de impresoras y escáneres).

En resumen, tanto las pizarras blancas interactivas como las pantallas planas interactivas se utilizan para crear aulas más interactivas a través de la tecnología. Pero las pantallas planas interactivas tienen muchas ventajas sobre las pizarras interactivas, ya que se fabrican con la última tecnología en pantalla táctil, son luminosas, tienen mayor resolución y no dependen de proyectores, por lo que no se crean sombras si alguien o algo pasa por delante del foco de luz. Las IFP también son portátiles y necesitan menos mantenimiento, lo que a largo plazo ayuda a ahorrar costes y, lo más importante, es que los niños están preparados para interactuar con las IFP incluso antes de que los instales en el aula, puesto que ya están muy acostumbrados a los dispositivos táctiles gracias al uso de smartphones y tabletas en casa.