Hasta hace poco, la tecnología de las aulas tendía a limitarse a plataformas lineales, teníamos la tiza, la pizarra y el profesor. La información fluía en una sola dirección, del instructor a los alumnos sentados en filas. Se mantenían la autoridad y el orden, rara vez se fomentaba el pensamiento independiente, y las mentes jóvenes se dedicaban casi exclusivamente a la memorización.

Con el paso del tiempo, los retroproyectores provocaron la innovación al introducir una forma simple y efectiva para que los profesores crearan contenido que los compañeros podrían guardar y reutilizar, y al mismo tiempo crearon el desafortunado efecto secundario de dar a los estudiantes cansados la oportunidad de dormir la siesta cuando se apagaban las luces. A esto le siguió la pizarra blanca, que era una pizarra sin polvo y un elemento visual de color. Estas herramientas puede que cambiaran la presentación, pero el modelo de enseñanza seguía siendo el mismo y los estudiantes que no se adaptaban al estilo de aprendizaje rígido basado en la misma estructura lineal sufrieron las consecuencias.

Las primeras pizarras interactivas, o IWB, supusieron un gran salto adelante en tecnología. Añadieron innovación y espontaneidad a los entornos de las aulas. Como evolución de las PDI, la introducción de las pantallas planas interactivas (PFI) ha transformado la forma de crear y compartir el conocimiento. Ha ayudado a los profesores construir un entorno más flexible e inclusivo en el que pueden prosperar muchos más alumnos. Los beneficios se multiplican cuando la tecnología se combina con métodos educativos de vanguardia y el aprendizaje se vuelve más atractivo e interactivo que nunca.

Concebido antes de que los IFP o los proyectores de corto alcance (STP) fueran comunes en las escuelas, el enfoque de la clase invertida se basa en presentar el material de estudio a los alumnos antes de la clase, y el tiempo de clase se utiliza para profundizar en la comprensión en lugar de perder el tiempo en presentaciones preliminares y conceptos básicos. Este enfoque puede producir resultados más sinérgicos, ayudados por el intercambio de conocimientos y contenidos racionalizados y ricos que permiten las nuevas tecnologías. La idea es que a través del debate con los compañeros y las actividades de resolución de problemas facilitadas por los profesores, los alumnos pasen del aprendizaje pasivo al activo, en el que participan en actividades de colaboración, en la cooperación entre compañeros y en el aprendizaje basado en retos.

El aprendizaje se produce cuando el espacio, los métodos de enseñanza y la tecnología se unen para fomentar la interacción y la colaboración. Una reestructuración de los espacios de aprendizaje es una oportunidad ideal para integrar nuevas tecnologías y crear una experiencia más activa y llamativa tanto para profesores como para estudiantes. Con pantallas disponibles en distintos tamaños es más fácil habilitar varios espacios flexibles y de colaboración para la formación informática y el trabajo en grupos pequeños. Los IFP sustituyen a las pizarras y los STP que proyectan sobre mesas de grupos funcionan mejor que el sistema de asientos individuales, ya que todos contribuyen a mejorar el entorno de aprendizaje.

A todo el mundo le han gustado los juegos y las historias desde el principio de los tiempos. Dado que los niños de hoy en día consideran los videojuegos una parte integral de la vida, las nuevas tecnologías de visualización ofrecen a los profesores más capacidades aún para utilizar esta afinidad para su beneficio y el de los alumnos. Compartir contenidos en forma de juegos permite a los estudiantes más introvertidos demostrar sus conocimientos sobre el material y participar sin tener que levantar la mano.

Sobre todo, la gamificación de revisiones del rendimiento de clase e incluso del proceso de calificación puede aumentar los niveles generales de energía de la clase y eliminar casi toda la aprensión que tradicionalmente se les atribuye. Prácticamente todos los niños aprecian la estructura de los videojuegos basados en el desafío y la recompensa, y estas plataformas digitales para el aula pueden incorporar muchas habilidades sociales y de resolución de problemas para aumentar la motivación a través del compromiso.

Los profesores necesitan que los alumnos estén alerta, atentos y sanos. Las pantallas táctiles pueden ser un importante caldo de cultivo para los microbios, por lo que es mejor elegir una marca que tenga en cuenta estas cuestiones y tome medidas preventivas. Por eso, algunos fabricantes utilizan un recubrimiento de pantalla que elimina los microorganismos, de modo que son las ideas y no las infecciones lo que más se comparten en el menú.

Asimismo, la tensión ocular y la calidad del aire son otras consideraciones. La exposición prolongada a la luz azul que emiten las pantallas de los ordenadores puede provocar problemas de vista y se cree que una alta concentración de CO2 reduce el flujo de oxígeno al cerebro, lo que provoca somnolencia y falta de atención. Las pantallas más nuevas abordan estos problemas mediante la incorporación de sensores de CO2 y niveles más bajos de luz azul potencialmente dañina, gracias a la tecnología del panel debidamente calibrado y ajustado.