La educación y la transformación digital: Preparando a los estudiantes de hoy para los problemas de mañana

Los cambios en el mundo y en el ámbito laboral al final suelen llegar a las aulas, al estar más expuestos a problemas mundiales, como el calentamiento global y los residuos plásticos, las acciones de los estudiantes llevan consigo una gran responsabilidad social. Hay que enseñarles los valores de una vida sostenible y la responsabilidad global. Además, hay que dotarles de las herramientas y habilidades necesarias para afrontar problemas y cuestiones inesperadas a medida que vayan surgiendo. De lo contrario, corremos el riesgo de perder a toda una generación por la apatía y el nihilismo ya que serán incapaces de comprender y hacer frente a un número de retos que actualmente va en aumento en este mundo desafiante que tienen ante sí.

En este ambiente, se anima a los estudiantes a formarse a sí mismos y luego a encontrar formas interesantes de comunicar esos conocimientos a sus compañeros. Esta metodología anima a los estudiantes a ser más colaborativos, ingeniosos y creativos. También les da la confianza necesaria para impartir los conocimientos a sus compañeros de forma inteligente y elocuente.

Gracias a la tecnología de computación en la nube, el profesor ya no está limitado a la parte delantera del aula, sino que puede supervisar y comunicarse con los alumnos que están fuera de la clase. El profesor puede comprobar que todo el mundo va por buen camino y estar atento a cualquiera que pueda estar atrasado o se esté desviando demasiado de la tarea.

Para lograr este objetivo y transformar el aula tradicional, las escuelas internacionales deben adoptar una tecnología innovadora que mejore el desarrollo de estos métodos de enseñanza y proporcione a los estudiantes un entorno digital parecido al que utilizarán en su futuro ambiente laboral.

Este entorno incluye proyectores y ordenadores, pero la tecnología que se adapta perfectamente a la formación basada en proyectos es la pantalla plana interactiva (IFP). El IFP es la extensión perfecta de tecnologías con las que los alumnos ya están familiarizados, los niños se están adaptando a la tecnología a una edad cada vez más temprana y están acostumbrados a smartphones y tabletas. Los alumnos estarán encantados de trabajar con las pantallas planas interactivas, ya que las clases les recordarán a divertidos videojuegos a los que juegan en casa o con sus amigos.

Según los profesores, los IFP también se integran perfectamente con otras tecnologías del aula y son útiles para cualquier clase. Por ejemplo, se puede llamar a los alumnos a la pizarra en grupos, parejas o individualmente para que demuestren sus conocimientos. Los profesores ya no tendrán que molestarse en imprimir, contar o colocar cartulinas de papel.

Al captar la curiosidad y la atención de los alumnos, estos estarán más concentrados en clase y, por lo tanto, se aburrirán menos y serán menos problemáticos durante la clase. Gracias a esto aumentará el buen rendimiento en el trabajo diario de clase, así como en los exámenes, ya que cuantos más estudiantes comprometidos haya, habrá mejores resultados para todos.