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¿G-Sync o FreeSync están activados pero seguimos padeciendo desgarramiento de imagen?

BenQ
2020/09/17

Los monitores para juegos con FreeSync o G-Sync siguen mostrando desgarramientos de imagen ocasionales en juegos exigentes. Para evitarlo y aprovechar al máximo la sincronización adaptativa, debemos revisar la configuración de nuestro controlador. 

Es posible que se produzca desgarramiento de imagen en monitores de juegos con FreeSync o G-Sync: ¡comprobemos nuestra configuración!

Las tecnologías de sincronización adaptable evitan que la pantalla se desgarre de forma antiestética debido a inconsistencias en la velocidad de fotogramas entre la fuente, la GPU y la salida o la pantalla. Si cualquiera de ellas es notablemente más rápida que la otra, el ritmo y la sincronización de los fotogramas se desbaratan y uno de los resultados más notables es el desgarramiento de imagen. Si seguimos teniendo problemas pese a FreeSync o G-Sync, debemos asegurarnos de que la configuración del panel de control de nuestra tarjeta gráfica refleje lo que deseamos lograr en cuanto a rendimiento.

FreeSync de AMD y G-Sync de NVIDIA ofrecen tecnologías basadas en hardware que fuerzan la sincronización de la GPU y nuestro monitor de juegos. V-Sync es una solución de software más antigua que funciona bien, pero implica mucha más penalización computacional. Además, muchos jugadores encuentran que se suma al retraso de entrada (aunque eso puede ser subjetivo, como tantas otras cosas en la vida).
 

Teóricamente, cuando nos hacemos con un monitor de juegos de alta velocidad con sincronización adaptativa, debería ser compatible con FreeSync y G-Sync, porque los dos se basan en el mismo diseño esencial de VESA y ni AMD ni NVIDIA bloquean activamente la solución del otro. Algunos monitores tienen opciones en su OSD para habilitar FreeSync o G-Sync, mientras que otros prefieren que el usuario active la sincronización adaptativa desde el PC, mediante los controladores de gráficos.
 

Por ejemplo, una vez que conectemos un monitor con capacidad de sincronización adaptativa a una tarjeta gráfica, el panel de control de la tarjeta pasará a tener un submenú FreeSync o G-Sync donde puede activarse la función. No obstante, a veces no todo funciona según lo previsto y, aun así, se producen problemas en los juegos. ¿Por qué?

Por falta de una opción

Tomemos como ejemplo un juego muy exigente, como Control (de Remedy). Sin la sincronización adaptativa de hardware o V-Sync de software, es muy probable que notemos un fuerte desgarramiento de imagen. V-Sync vincula muy bien la GPU y la pantalla, pero su carga de procesamiento implica que dicha vinculación impone una velocidad de fotogramas inferior a la que nuestro hardware puede proporcionar.

 

Si tenemos G-Sync o FreeSync habilitados en nuestro controlador de gráficos, cabe esperar que no suframos ningún desgarramiento dentro del rango cubierto por estas tecnologías de sincronización adaptativa. Eso suele ser un mínimo de 40 fotogramas por segundo hasta el máximo admitido por nuestro monitor, y FreeSync Premium Pro también ofrece una compensación de baja de velocidad de fotogramas si el rendimiento cae por debajo de 40 FPS. No obstante, en nuestro ejemplo, una vez que V-Sync está desactivado en las opciones de gráficos del juego Control, el desgarramiento de imagen se manifiesta inmediatamente a pesar de que G-Sync o FreeSync estén activados.

 

¿A qué se debe eso? Bueno, hemos pasado por alto algo importante en la configuración del controlador de gráficos. 

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Duplicar no implica mejorar: ¡comprobemos la configuración de nuestra GPU!

Cuando tenemos un monitor con capacidad de sincronización adaptativa, TODA la actividad de sincronización de fotogramas debe pasar al hardware. Eso incluye la gestión de V-Sync, que sigue siendo un factor a tener en cuenta. Si habilitamos FreeSync o G-Sync a través del panel de control de NVIDIA o Radeon, pero ignoramos la configuración de V-Sync allí, es probable que se produzca un desgarramiento de imagen, especialmente si nuestro hardware es capaz de una velocidad de fotogramas mayor que la que admite el monitor. En nuestro juego de ejemplo, Control, esto es especialmente cierto si seleccionamos una resolución interna de 1080p con salida 4K en un panel de 60 Hz. Internamente, el juego se ejecuta a casi 90 FPS, pero nuestro monitor está bloqueado a 60 Hz. Por lo tanto, la GPU supera al monitor y necesita esperar a la pantalla, por lo que se produce el desgarramiento.
 

La solución es sorprendentemente simple pero elusiva. V-Sync debe habilitarse en la configuración del controlador de gráficos junto con la sincronización adaptativa para cubrir todos los escenarios. Muchos jugadores piensan que si tienen FreeSync o G-Sync pueden simplemente desactivar V-Sync en los juegos, pero es posible que eso no funcione.
 

Hay que hacer clic derecho en el escritorio e ir al panel de control de NVIDIA o Radeon. Con NVIDIA, hay que hacer clic en la configuración de 3D y desplazarse hacia abajo hasta encontrar V-Sync para, finalmente, activar el ajuste. Con Radeon, hay que acceder a la configuración global, luego ir a actualización vertical y, a continuación, a sincronización mejorada, que es el término que emplea AMD para V-Sync. Ya solo queda activarla.
 

Ahora, la negociación entre la sincronización adaptativa por hardware y la sincronización virtual por software la realiza el controlador de la tarjeta gráfica. En resumen, si nuestros juegos se salen alguna vez del rango cubierto por FreeSync o G-Sync, se activará automáticamente el software V-Sync para evitar el desgarramiento no deseado.

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