Las nuevas técnicas de aprendizaje interactivo se están convirtiendo rápidamente en la norma en un esfuerzo por aumentar el rendimiento de los estudiantes. Sin embargo muchos de los comportamientos que se requieren para el aprendizaje interactivo en grupo pueden, sin saberlo, propagar patógenos peligrosos a los estudiantes, al profesorado y a sus familias. Se trata de un problema relativamente nuevo en la educación, ya que el modelo tradicional de utilizar un proyector como pantalla principal limitaba el contacto físico de objetos comunes en el aula.

En los entornos de aprendizaje interactivo, los alumnos escriben en las pizarras interactivas con los dedos, realizan actividades en grupo juntos y resuelven problemas codo con codo en la misma pantalla. Aunque estas actividades ayudan a los alumnos a aprender, también pueden ser una fuente de propagación de agentes patógenos.

El vidrio utilizado en las pantallas interactivas es bastante complejo, y recubrirlo con nanotecnología de iones de plata supone un reto importante de ingeniería, sobre todo teniendo en cuenta el gran tamaño de las pantallas modernas y la necesidad de contar con otros elementos, como revestimientos anti-deslumbrantes y los requisitos de dureza para evitar que los estudiantes rompan fácilmente el vidrio.

Mientras que la gran mayoría de las pantallas interactivas que se venden hoy en día utilizan vidrio estándar, el vidrio que utilizan los productos BenQ es diferente. Para que el revestimiento de iones de plata sea eficaz, el cristal debe recubrirse con nanopartículas en una fábrica especial, donde se intercala con otros revestimientos (como compuestos antirreflejos) o se mezcla con precisión con una receta patentada que permite curar la pantalla. Estos revestimientos pueden aplicarse a pantallas de hasta 86 pulgadas, pero requieren un equipo costoso y una manipulación especial para garantizar que estas grandes piezas de vidrio no se agrieten o rompan durante el proceso. Una vez curadas las pantallas, se envían para integrarlas en el marco de la pantalla interactiva.

Cada pantalla interactiva de BenQ está certificada contra dos tipos principales de microbios. Aunque la tecnología puede ser eficaz con otros tipos de patógenos, somos la primera pantalla interactiva con resultados certificados en la eliminación de dos tipos principales de bacterias que representan una amenaza importante para la salud pública.

Esta peligrosa bacteria puede propagarse de persona a persona por contacto directo o a través de objetos contaminados, o, con menor frecuencia, por inhalación de gotas infectadas dispersadas al estornudar o toser. El revestimiento de las pantallas de BenQ también ha sido comprobado por la TUV y certificado para reducir el patógeno en las superficies de las pantallas.

Todas las pantallas interactivas de BenQ cuentan con dos certificaciones de seguridad adicionales que son importantes tanto para la educación como para los usos corporativas. Estas funciones también han sido comprobadas y certificadas por la TUV para su eficacia.

Aunque el uso de una pantalla interactiva BenQ con revestimiento antimicrobiano no elimina por completo el riesgo de patógenos en un espacio público como un aula o un espacio de colaboración, su innovadora tecnología de nanopartículas, su baja luz azul y su retroiluminación sin parpadeos pueden ser una pieza fundamental para garantizar un entorno seguro y saludable para la colaboración interactiva.