La tecnología no deja de avanzar, y eso se aplica también a los juegos de PC y de consola. Por ejemplo, en un pasado no muy lejano, 1080p a 144 Hz se consideraba gama alta. Sin embargo, los aumentos en la velocidad de fotogramas y la resolución son importantes. Fuimos pasando gradualmente a configuraciones con 4K a 120 Hz pero, a principios de 2022, el 4K a 144 Hz fue cobrando popularidad rápidamente, con tendencia al alza.

No obstante, cuando nos introducimos en territorio del 4K a 144 Hz, también entramos en el ámbito de las conexiones de gran ancho de banda y el hardware de gráficos potente. Esa mejor tecnología de la que hablábamos antes, implica contar con las tarjetas gráficas y los estándares de conexión más recientes para aprovechar al máximo los monitores de juegos 4K a 144 Hz, cada vez más populares en el mercado. 

En lo que se refiere al ancho de banda, el HDMI 2.1 de 48 Gbps gestiona fácilmente 4K a 120 Hz con HDR total y sin comprometer el color. También es capaz de soportar 4K a 144 Hz con configuraciones modificadas si preferimos una mayor velocidad de fotogramas.

Estos cambios de color son imperceptibles para la mayoría de las personas y la imagen sigue viéndose muy bien. Es un buen trato para quienes prefieren velocidades de fotogramas más altas.

Esta es la primera vez que HDMI ha podido trabajar con una frecuencia de refresco tan alta. También se puede optar por 1440p en HDMI 2.1.

Todo es cuestión de preferencias: fidelidad del color o frecuencia de refresco. Recomendamos optar por velocidad de fotogramas más altas, especialmente si nos gustan los juegos de disparos que requieren buenos reflejos.

Además, los monitores como el MOBIUZ EX3210U admiten la tecnología de compresión de señal digital (DSC), que permite el tránsito de 4K a 144 Hz a través de una conexión DisplayPort 1.4, a pesar de que DP 1.4 existe desde hace bastante tiempo. Hay que tener en cuenta que la tarjeta gráfica que escojamos también debe admitir DSC, pero eso no supone un problema ya que casi todas las tarjetas de vídeo aparecidas en los últimos años poseen esta tecnología. Si elegimos jugar en 4K a 120 Hz, entonces no necesitamos DSC, y DisplayPort 1.4 funcionará perfectamente. 

Para lograr 4K a 144 fotogramas por segundo, necesitamos las mejores tarjetas gráficas que el dinero pueda pagar, y sabemos que encontrar una ahora puede resultar complicado. En el momento de redactar este artículo, no cabe duda de que necesitaremos una RTX 3080 Ti, RTX 3090 o RTX 3090 Ti de NVIDIA para asegurarnos de acercarnos al 4K a 144 Hz en juegos exigentes.

No nos referimos a títulos famosos por su alta velocidad de fotogramas, como Rainbow Six Siege, Fortnite o Counter Strike, sino a juegos como God of War PC, Dying Light 2 y Forza Horizon 5, por ejemplo. Necesitaremos al menos 12 GB de memoria de vídeo y, si preferimos una tarjeta gráfica AMD, las mejores opciones son RX 6900 XT o RX 6800 XT.

Las tarjetas gráficas como la RTX 3070 y la RX 6700 pueden funcionar en algunos juegos, pero los resultados serán muy inconsistentes. Esas GPU se diseñaron para una alta frecuencia de refresco en 1440p o 4K a 60 Hz, pero no para un alto refresco en 4K. 

Además de las especificaciones básicas de juegos y entretenimiento en 4K, frecuencia de refresco de 144 Hz y HDR 600, puede que también queramos pensar en aspectos relacionados con otras aplicaciones. Con eso nos referimos principalmente a la creación de contenidos, ya que existe un gran solapamiento en esto y muchas de las especificaciones de un buen monitor para juegos a 144 Hz se aplican igualmente a la creación de contenidos, lo que implica una pantalla versátil.

Fuente de la imagen de YouTuber Jarv

Los monitores para juegos 4K a 144 Hz de primer nivel se basan en paneles IPS cuidadosamente seleccionados y probados con una profundidad de color de 10 bits. Así, ya estemos creando vídeos, streaming o incluso trabajando en animaciones y gráficos, obtendremos unos colores soberbios. Los monitores como el MOBIUZ EX2710U y el EX3210U cuentan con dichos paneles y ofrecen una amplia gama de colores con una cobertura del 98 % de DCI-P3. Eso no solo es genial para jugar de una manera impresionante, sino que conlleva disfrutar de una visualización precisa de cualquier contenido que creemos. No hay ninguna razón por la que un monitor para juegos no pueda ser multiuso, a menos que optemos por un modelo básico y eso limite nuestras opciones. 

La situación aquí es mucho más simple. Xbox Series X y PS5 funcionan muy bien a través de HDMI 2.1 y admiten 4K a 120 Hz. En este momento, la mayoría de los juegos de ambas consolas se ejecutan en 4K a 60 Hz como máximo, pero esperamos que esta situación mejore durante los próximos dos años, con la llegada de más títulos que alcancen 4K a 120 Hz.

Como broche final, cabe recordar que no hay que creer que el monitor está bloqueado en 4K a 144 Hz. Admitirá lo que queramos hasta esas especificaciones máximas y, si preferimos mejorar un juego de 1440p llevándolo a 144 Hz (en caso de que ejecutarlo en 4K sea un poco exigente de más), no hay ningún motivo para no hacerlo. 

Si podemos permitírnoslo económicamente, sin duda. Puede que a mediados de 2022 4K a 144 Hz no sea aún lo más habitual, pero es hacia donde se dirigen las cosas en el mundo de los juegos. Tener un monitor de este tipo nos da un buen margen de cara al futuro, de modo que, a menos que solamos cambiar de monitor cada dos años, esta es una buena inversión. 

Aunque ahora podamos oír que 1440p es lo ideal en materia de monitores, es una afirmación que seguramente cambiará en cuanto se lancen las nuevas GPU a finales de 2022. Estas impulsarán 4K a 120 Hz y más, incluso en los modelos de gama media, y las de gama alta como la RTX 4080 y la RTX 4090 pueden ser las primeras tarjetas en ofrecer nuevos niveles de rendimiento que aún no hemos experimentado. Las consolas de esta generación también mejorarán para ofrecer 4K a altas frecuencias de refresco a medida que los desarrolladores aprendan a obtener mayor rendimiento de PS5 y Xbox Series X, por no mencionar la alta probabilidad de versiones “pro” aún más potentes en 2023 o 2024. 

En resumen, adquirir un monitor con una resolución de menos de 4K y una frecuencia de refresco de menos de 144 Hz puede suponer un ahorro a corto plazo, pero a largo plazo será un cuello de botella en nuestro hardware, porque la pantalla no podrá seguir el ritmo de la evolución tecnológica. Recomendamos intentar invertir en un monitor que esté mucho más preparado para el futuro.