En cuanto al brillo: con 3000 lúmenes ANSI, los buenos proyectores LED igualan o superan en brillo a los televisores de pantalla plana de buena calidad. Eso significa que es posible ver contenidos en diversas condiciones de iluminación, desde sótanos con poca luz hasta salones bien iluminados durante el día, sin merma en la calidad de la imagen.
Los proyectores LED brindan mejor salida de brillo y consistencia que los tradicionales de lámparas, que se diseñaron pensando en entornos similares a salas de cine, muy oscuros. Los proyectores más antiguos ofrecen pantallas que acusan incluso iluminaciones ambientales suaves, de modo que no son muy versátiles. La tecnología de proyección LED supera esa limitación. Los proyectores LED proporcionan una mayor saturación del color, lo que contribuye a la percepción general de un mayor brillo cuando se compara con los de lámparas. Con los sistemas de LED, la luz y el color están más estrechamente relacionados y, en cierto modo, se realimentan. El resultado final es una imagen mucho más vivaz, con colores más intensos y, por lo tanto, una mayor claridad bajo diferentes condiciones de iluminación.
En cuanto a la gama de color: en los proyectores LED, existe una separación mucho menor entre la fuente de luz y la generación de color, dado que los elementos RGB se incorporan al conjunto de LED. Esto supone una gran diferencia respecto a diseños anteriores, en los que una lámpara independiente arroja luz sobre una rueda de colores RGB. Por simple física, esto implica que los proyectores LED brindan una gama de color más amplia y, como se ha dicho anteriormente, ofrecen colores mucho más intensos y precisos, iguales o mejores que los de los televisores de pantalla plana de buena calidad.
Este diseño potencia el contraste de color, lo que a su vez presenta magníficamente los contenidos HDR. Esto se aplica a todo: desde las apps de streaming hasta los Blu-rays 4K HDR, pasando por los modernos juegos de consola. Las consolas PS5 y Xbox Series se ven mejor en 4K HDR y los gráficos detallados requieren precisión en el color, brillo y alto contraste para ofrecer su máximo esplendor. Los proyectores LED proporcionan todo eso. En cuanto a la amplitud de la gama de color, el BenQ X3000i, gracias a una tecnología de proyección y filtrado de color de precisión, cubre el 100 % de la especificación del espacio de color DCI-P3, que es considerablemente más amplia.
Encendido y apagado instantáneo: aunque pueda parecer algo trivial, en realidad no lo es. Los proyectores LED ofrecen la misma rapidez de respuesta que los televisores; se encienden y apagan sin apenas demora. En cambio, los proyectores de lámpara exigen una secuencia de calentamiento y enfriamiento relativamente larga, que a menudo asciende a más de treinta segundos. Al igual que los televisores, los proyectores LED requieren solo un par de segundos para estas acciones.
Vida útil más prolongada y consistencia del color: la antigua tecnología de lámparas de los proyectores tradicionales no envejece demasiado bien. Las lámparas se deterioran con el paso del tiempo lo mismo que una bombilla, por lo que se reduce su brillo y los colores se van desvaneciendo tras solo un par de años de uso. En cambio, los proyectores LED corrigen estos inconvenientes. Mientras que los de lámpara exigen costosos cambios de esta por cada 2000-5000 horas de uso, los de LED brindan fácilmente 20 000 horas de funcionamiento sin disminución del color o del brillo en su configuración más exigente, e incluso 30 000 horas en el modo ECO. Teniendo en cuenta que un televisor LED/OLED de 65 pulgadas viene durando alrededor de 40 000 horas pero ofrece la mitad del tamaño de pantalla, los proyectores LED (que cuestan aproximadamente lo mismo que un televisor) son una opción espectacular. No solo por pulgada de pantalla, sino también por hora de uso.
Reducción de la fatiga ocular: como cualquier pantalla autoiluminada (incluidos monitores, tablets y smartphones), los televisores emiten niveles considerables de luz azul. Como todos sabemos, esta luz no le va nada bien a nuestros ojos y, con el paso del tiempo, provoca dolor de cabeza, fatiga ocular y hasta problemas de visión. Los proyectores, en cambio, no presentan el problema de la luz azul, ya que se basan en la iluminación indirecta. La luz que rebota desde la pared o desde la pantalla hacia los ojos del espectador es mucho más suave y cómoda de ver durante períodos de tiempo más prolongados. Basta con pararse a pensar un momento: ¿cuándo fue la última vez que sentimos la vista cansada por estar sentados en una sala de cine? ¡La respuesta es que probablemente nunca! Los proyectores funcionan igual y, para los grandes aficionados al cine y a los videojuegos, se trata de un factor que merece la pena tomar en consideración.