¿Qué es mejor para jugar: un proyector o un televisor?

Con los proyectores de nueva generación se juega estupendamente y en pantallas el doble de grandes que cualquier televisor, sin sacrificar tiempo de respuesta y con opciones de 120 Hz, 4K, etc.

Aquí no hay competencia. Si deseamos una pantalla lo más grande posible, solo los proyectores pueden ofrecérnosla. No es que queramos quitarle importancia a los televisores ni decir nada malo sobre ellos: nos encantan los televisores y BenQ incluso los fabrica para ciertos mercados. Simplemente, queremos decir las cosas como son. Siendo realistas, los televisores tienen su tope en las 75 pulgadas para la mayoría de la gente, y de menos de 100 pulgadas si el dinero no es problema. Por mucho menos dinero, podemos hacernos fácilmente con un gran proyector para juegos que, sin problema, nos proporcione una pantalla de hasta 180 pulgadas (si es que tenemos sitio para ello). Desde luego, entre 100 y 120 pulgadas no se requiere esfuerzo alguno y el coste relativo del proyector deja muy atrás al de los televisores. No se puede negar lo impresionante que es jugar en pantallas de ese tamaño, ni conseguir con nada que no sea un proyector pensado para los juegos desde su primera fase de diseño.

Los televisores económicos son conocidos por tener demasiado retraso de entrada, sobre los 30 ms o más, lo que puede afectar a la calidad de juego para muchas personas. No cabe duda de que los buenos televisores con modos específicos para juegos ofrecen bajos retrasos de entrada, pero también los encontramos en los nuevos proyectores para juegos. En general están a la par y el viejo mito de que los proyectores son lentos ha pasado a ser eso: solo un viejo mito. Además, los buenos televisores para juegos cuestan proporcionalmente mucho más que los proyectores con el mismo rendimiento si tenemos en cuenta el tamaño de la pantalla.

A modo de ejemplo, el BenQ X1300i ofrece 1080p a 120 Hz con un retraso de entrada de unos 8 ms; el BenQ TK700STi, por su parte, da 16 ms en auténtico 4K a 60 Hz. Se trata de cifras muy impresionantes que brindan juegos fluidos con buena capacidad de respuesta en pantallas enormes, a diferencia de los tamaños limitados y encorsetados de los televisores, que también pesan mucho más que los proyectores y, por lo tanto, no están pensados para cambiarlos de ubicación. Un televisor para juegos suele pesar unos 20 kilos, mientras que el BenQ TK700STi pesa poco más de 3. Este es un extra que nos gustaría resaltar antes de que lo pasemos por alto. Los proyectores de nueva generación son mucho más compactos y livianos que los televisores grandes, cuyas pantallas no lo son tanto como las de los proyectores: al final, son dispositivos grandes y pesados que no vamos a querer mover hasta que llegue la hora de sustituirlos. Comparativamente, un buen proyector de juegos es prácticamente portátil.

En cualquier caso, con un buen proyector de juegos podremos disfrutar de la visualización en gran formato de nuestros títulos favoritos, de cualquier género, ya sean de disparos en primera persona, juegos de rol de acción con mucha historia o cualquier otro. Además, con la ventaja de una mayor movilidad, el producto no permanecerá vinculado a una ubicación concreta durante toda su vida útil.

Suena a eslogan publicitario, pero es verdad. Antiguamente, los proyectores eran solo para cinéfilos acérrimos o se limitaban a derramar luz sin grandes refinamientos. Los modernos proyectores para juegos no son en absoluto así. Al igual que los televisores correspondientes (pero, de nuevo hay que decir, con pantallas mucho más grandes), los nuevos modelos para jugadores cuentan con modos cuidadosamente diseñados y probados por los ingenieros para que se ajusten a estilos concretos de juegos. Los proyectores para juegos de BenQ cuentan con el submenú GameMaestro, que ofrece el modo rápido para una latencia mínima, el ajuste de detalles para obtener imágenes más nítidas y limpias si es eso lo que queremos, y tres modos dedicados a los principales géneros de juegos: deportes, disparos en primera persona y rol. Con todo ello, gozamos de una visualización sofisticada que se equipara fácilmente a la de los televisores en cuanto a características e implementación.

Los avances tecnológicos nos han traído proyectores de auténtico tiro corto, que no necesitan de grandes salas para destacar. El BenQ TK700STi ofrece 4K nativo en una pantalla de 100 pulgadas desde tan solo dos metros de distancia, que no es mucho. Tres metros nos darán 120 pulgadas, y cinco, 180. No hay que hacer muchos cálculos para darse cuenta de que los televisores no pueden competir con esto.

Está claro que queremos ver cómo quedan nuestros juegos en una pantalla grande; una pantalla más grande de lo que puede ofrecernos un televisor. Y sabemos qué hacer, así que ¿a qué esperamos? Por el precio de un televisor que nos encierra en un rectángulo de 75 pulgadas, podemos disfrutar lo mismo de los juegos, pero en una pantalla el doble de grande. Sin duda, da que pensar.