Por qué los monitores de 144 Hz y 1080p funcionan muy bien con Xbox Series X y PS5

Muchos de nosotros vivimos en habitaciones pequeñas y tenemos mesas bastante reducidas. Puede que un enorme monitor 4K de 43 pulgadas, o incluso uno grande de 32 pulgadas, no estén al alcance de nuestro presupuesto y tampoco son lo más factible dentro del espacio disponible en nuestra vivienda actual. No obstante, aun así ahorramos lo suficiente para hacernos con una Series X o una PS5. No hay nada de malo en jugar de momento con ellas a 1080p. Aunque no son pequeñas, las consolas no abultan tanto como un monitor grande y además encajan muy bien junto a un monitor de 1080p de tamaño razonable. Es algo en lo que pensar.

Y hacerlo detenidamente, porque aunque orientadas al 4K, la Series X y la PS5 no consideran los 1080p como una resolución olvidada, sino como un pilar. 

La Series X y la PS5, al igual que sus predecesoras Xbox One X y PS4 Pro, saben hacer eficazmente un supermuestreo o reducción de resolución de 4K a Full HD 1080p. Eso significa que, en realidad, vemos texturas y efectos de calidad 4K que se plasman en un 1080p “más denso”. El resultado de ello es una calidad de imagen notablemente mejor en comparación con la Full HD nativa sin supermuestreo. Esas texturas 4K comprimidas a 1080p conservan la complejidad de los datos, aunque no se muestren completamente en la pantalla. Se percibe un mejor filtrado de texturas, menos artefactos, menos saltos de activos, etc. En pocas palabras: un 1080p supermuestreado es un 1080p mejorado.

Los modelos EX2510 y EX2710 ofrecen paneles IPS de gran calidad con magníficos colores y ángulos de visión, además de HDR. No hay compromiso en la fidelidad de la imagen; solo en el número de píxeles. Queda en manos del comprador decidir si eso merece la pena. 

Las tan cacareadas novedades de la Series X y la PS5, como el trazado de rayos por hardware, funcionan igual de bien en una pantalla de 1080p como en un monitor 4K. La mejora de iluminación, postprocesamiento y efectos de pantalla se escalará para adaptarse a la resolución elegida en la configuración de la consola. La Series X y la PS5 cuentan con 1080p como una de sus opciones de resolución principales, lo que indica que es totalmente compatible y no supone una merma en cuanto a la apariencia. En realidad, la única diferencia es la cantidad de píxeles.

Tanto la Series X como la PS5 son compatibles con AMD FreeSync para evitar el desgarramiento de imagen y garantizar una velocidad de fotogramas constante. Naturalmente, los modelos EX2510 y EX2710 tienen FreeSync, de modo que por ese lado no hay problema. 

Se trata de una especulación sobre la base de los conocimientos del sector y las tendencias actuales, pero al igual que el DLSS (supermuestreo de deep learning) de NVIDIA, las Series X y PS5 pueden admitir DirectML (Direct Machine Learning). En esencia, es un supermuestreo controlado por inteligencia artificial que convierte la salida de un motor de juegos de 1080p a una imagen de 4K o incluso 8K. El resultado parece idéntico y, a veces, mejor que el 4K o el 8K nativos. En cualquier juego que internamente se ejecute a 1080p pero tenga salida de 4K, simplemente obtendremos el Full HD original sin tocar o supermuestreado en nuestro EX2510, por ejemplo.

En cuanto a esto, necesitaremos estudiar los juegos a medida que se vayan lanzando. No obstante, falta abogar aún por monitores 1080p de alta calidad y alto rendimiento ante el salto al ring de la Xbox Series X y la PS5.