Si no cuentas con una sala de cine dedicada, una pantalla retráctil puede darte la flexibilidad que necesitas. Este tipo de pantalla se puede desenrollar cuando te apetece ver una película y se guarda rápidamente fuera de la vista cuando terminas. Puedes colocar este tipo de pantallas delante de cualquier pared o incluso sobre tu televisor actual.
Las pantallas retráctiles también te ofrecen más opciones para integrarlas de forma discreta en tu habitación, ya que puedes ocultarlas hasta que las vayas a usar. Vienen en dos formatos principales: de enrollar hacia arriba y de enrollar hacia abajo. Las de enrollar hacia abajo se pueden montar en la pared o en el techo, permitiendo esconder la pantalla completamente cuando no la necesitas. Las de enrollar hacia arriba normalmente se colocan en el suelo, detrás del centro de entretenimiento, o se integran en un mueble a medida, apareciendo de forma mágica cuando llega la hora de la película.
Cualquiera de estos dos tipos de pantallas retráctiles funciona igual de bien. Sin embargo, hay dos aspectos adicionales que deberías tener presentes para cualquier pantalla retráctil.
El primero es que, para obtener el mejor rendimiento de una pantalla retráctil, lo ideal es buscar una que sea con tensión lateral (tab-tensioned). Este tipo de pantalla tiene un sistema que asegura una superficie perfectamente tensa y plana al desplegarla, y que se recoge junto con la pantalla al guardarla. Sin tensión, las pantallas retráctiles tienden a curvarse o arrugarse, lo que afecta la experiencia de visualización y produce distorsiones, especialmente visibles en escenas panorámicas.
El segundo aspecto importante es que estas pantallas retráctiles pueden ser manuales o motorizadas. Las manuales son ligeras, más económicas y no necesitan electricidad, lo que facilita su instalación rápida en cualquier sitio. Al no tener motor, requieren menos mantenimiento y suelen durar más años. Eso sí, tendrás que levantarte para desplegarlas a mano, lo que puede parecer poco práctico si ya tienes todo lo demás con mando a distancia.
Las pantallas motorizadas existen precisamente para solucionar ese inconveniente. Ofrecen un toque elegante a tu sala, desplegándose de forma suave al pulsar un botón. Puedes controlarlas con un mando, un interruptor de pared o incluso conectarlas al puerto trigger 12V disponible en muchos proyectores. Recuerda que requieren alimentación eléctrica y cableado adicional si usas la función automática. Las pantallas eléctricas motorizadas suelen ser las más caras, pero también las más versátiles y funcionales.