A la hora de jugar, la respuesta lo es todo, porque los videojuegos son obviamente un entretenimiento interactivo. No queremos un retraso excesivo, dado que ello imposibilitaría disfrutar de muchos tipos de juegos, especialmente los de disparos en primera persona, tan dependientes de los reflejos, o los juegos de deportes o de carreras, entre otros.
Retraso de entrada: El tiempo total que transcurre desde una pulsación en el mando o el teclado hasta que la acción correspondiente se muestra en la pantalla. Aunque cualquier valor por debajo de 40 ms se considera correcto, los proyectores para juegos realmente buenos ofrecen ahora 4K a 60 Hz en 16 ms y 1080p a 120 Hz en 8 ms. Estas cifras los equiparan con los mejores televisores para jugar y suponen la práctica inexistencia de retraso de entrada. Hasta los juegos competitivos funcionan muy bien en este tipo de proyectores, así que si nos encantan los títulos multijugador, no habrá problema en que los disfrutemos en una pantalla enorme.
Frecuencia de actualización: Número de fotogramas por segundo. Con la llegada de las consolas Xbox Series y PS5, los 60 Hz se han convertido en la frecuencia de refresco absolutamente mínima. Por lo tanto, un proyector para juegos debe ofrecer al menos 60 Hz, es decir, sesenta fotogramas por segundo. Cuantos más, mejor, aunque, siendo realistas, 60 Hz están bien dada la capacidad de las consolas actuales.
Insistir en una gran calidad de imagen
Las pantallas grandes precisan resoluciones más altas para mantener la nitidez, para que las cosas no se vean borrosas. No debemos dejarnos tentar por precios sospechosamente bajos en dispositivos que se califican a sí mismos como “proyectores para juegos”. Un HD básico de 720p en una pantalla de 100 pulgadas no nos va a gustar. La resolución mínima admisible es 1080p o Full HD, aunque sería mejor Ultra HD 4K. Es posible que tengamos que sacrificar la frecuencia de refresco por la resolución, y eso depende de cada uno. Los mejores proyectores de 1080p ofrecen magníficos 120 Hz, mientras que 4K tiene un límite de 60 Hz, por ahora. Como se ha mencionado anteriormente, las consolas Xbox Series y PS5 apuntan a 4K a 60 Hz y es poco probable que se desvíen demasiado de eso. Tienen algunos juegos que se ejecutan a 120 Hz en resoluciones más bajas, pero puede que no valga la pena renunciar al 4K por eso. Además, la mayor resolución es útil para otras formas de entretenimiento, como películas y aplicaciones de streaming. No hay que olvidar que entre las consolas actuales hay modelos que incluyen un reproductor de Blu-ray 4K: ¿por qué desperdiciarlo?
Cada usuario sabe lo que le viene mejor, pero, en general, la elección entre los mejores proyectores para juegos del mercado se reduce a 1080p a 120 Hz o 4K a 60 Hz. El que elija cada uno depende de sus preferencias. ¿Nos gustan las imágenes más detalladas? Entonces, a por el 4K. ¿Preferimos la velocidad de fotogramas? En tal caso, la elección está en los 120 Hz.